- Toda persona puede ser emprendedora: El impulso emprendedor es innato en cualquier persona, está en la naturaleza de lo humano. Sin embargo, es evidente que distintas personas tienen distintas capacidades emprendedoras. Esto sucede porque diversas culturas promueven o impiden el desarrollo pleno de estas capacidades. Pero estas capacidades se pueden enseñar y desarrollar, si entendemos que se debe enseña no como un conocimiento académico o intelectual, sino como una serie de prácticas, hábitos y sensibilidades, si se comprende y se enseña como una manera de "ser en el mundo", como una manera de interpretar y crear la realidad.
- La capacidad emprendedora NO es capacidad "intelectual": La capacidad emprendedora es esencialmente un conocimiento práctico y éste se encarna en competencias, sensibilidades, "saber hacer", intuiciones, hábitos, emociones y conversaciones. Emprender no es un fenómeno que se puede aprender en un salón de clases, sino haciendo y ejecutando emprendimiento en la vida real, Al igual que no se puede aprender a nadar en "teoría", ni se aprende a manejar bicicleta sin montarse en ella y caerse unas cuantas veces, el emprendimiento se aprende emprendiendo.