La palabra crisis en el idioma chino tiene dos significados: “peligro” y “oportunidad”. La crisis es siempre una ocasión de evolución o de desintegración. Es un periodo de transición – lo que era ya se fue y lo que viene no ha llegado todavía. Es una situación en que los patrones vigentes son rotos por acontecimientos emergentes y de alguna manera inesperados. Esto ocasiona un transtorno que provoca perjuicio para muchos y beneficios para aquellos pocos que supieron transformarla en oportunidad.
En la era de la agricultura, que duró aproximadamente diez mil años, el poder estaba en manos de los terratenientes – y ese poder era vitalicio. En la era industrial, que duró solamente 250 años, el poder era ejercido por los que tenían el capital. En los últimos 50 años entramos en la era de la información. La moneda de pago es otra y muchos aún no se han dado cuenta del hecho. Hoy la persona es rica o pobre en información.
La Información, sin embargo, tiene dos características interesantes:
1ª) Es un producto altamente perecedero. Nadie está interesado en leer el periódico de ayer, aunque no lo haya leído aún.
2ª) Sólo tiene valor cuando comunica. ¿Para qué sirve el conocimiento si está guardado en el fondo de un cajón o en la memoria de una computadora, sin que nadie pueda tener acceso a ello? Por lo tanto, la comunicación es esencial tanto para su éxito personal como profesional.
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| crisis versus oportunidades |
Generar oportunidades ante una crisis
a aparición de la crisis financiera internacional ha modificado las economías de los principales países del mundo, prácticamente en todos los continentes. Y una de las principales consecuencias, además de las finanzas en baja, es la destrucción de los puestos de empleo, con cifras récord en todo el mundo.
Sin embargo, la crisis da lugar a la constante búsqueda de nuevas ideas para aquellos en que no cuentan con empleo o aquellos en que las condiciones económicas lo apremian considerablemente. Y es en esos momentos en que el ingenio, la creatividad y las necesidades por mejorar nuestra economía entran en acción.
Pero aquí mismo surge el primer, único y repetido interrogante: ¿Es necesario contar con capital previo para lograr iniciar un proyecto? Y así surgen otras preguntas: ¿Necesitamos contar con mucho dinero?¿Las ideas sólo se ejecutan con fondos?
Pues bien, si nuestro caso es el de una persona sin empleo y con algo o poco de dinero, podremos comenzar con nuestro proyecto y desmentir el histórico mito de que sólo con dinero puede iniciarse una idea de trabajo. Quizá contemos con unos pocos ahorros, algún préstamo familiar o de amigos, y con ello podremos reunir el capital suficiente para iniciar nuestro emprendimiento. Y mejor aún, también podremos comenzar sin ningún capital y con el apoyo de algún inversor.
Una vez que hemos definido este tema, será muy importante recurrir a amigos, colegas o especialistas en negocios, emprendimientos o microfinanzas. Siempre será favorable contar con consejos y recomendaciones para cumplir paso a paso nuestro trabajo. Un dato muy importante será consultar a otros emprendedores, pues las experiencias de los colegas será vital para vuestras propias decisiones.
Los emprendedores que han obtenido resultados exitosos en sus negocios han investigado los excelentes recursos que reúne la web, los contactos propios y de terceros, los subsidios proveídos por el Estado, los financistas que buscan buenas ideas o proyectos para financiarlos, los concursos organizados para emprendedores, entre otras alternativas.
Estas recomendaciones, entre tantas otras, podrían ser las claves para dar un primer paso, correcto, pensado, organizado y que posibilite un proyecto de negocio rentable y duradero. Luego aparecerán otras etapas, nuevos caminos y más decisiones por tomar pero ya con un proyecto en marcha. Por eso recuerda que son varios y muchos los casos de negocios que han fracasado rotundamente pese a contar con un gran capital previo. Sólo hace falta decisión, pasión por lo haces y voluntad para sortear los momentos complicados.
Sin embargo, la crisis da lugar a la constante búsqueda de nuevas ideas para aquellos en que no cuentan con empleo o aquellos en que las condiciones económicas lo apremian considerablemente. Y es en esos momentos en que el ingenio, la creatividad y las necesidades por mejorar nuestra economía entran en acción.
Pero aquí mismo surge el primer, único y repetido interrogante: ¿Es necesario contar con capital previo para lograr iniciar un proyecto? Y así surgen otras preguntas: ¿Necesitamos contar con mucho dinero?¿Las ideas sólo se ejecutan con fondos?
Pues bien, si nuestro caso es el de una persona sin empleo y con algo o poco de dinero, podremos comenzar con nuestro proyecto y desmentir el histórico mito de que sólo con dinero puede iniciarse una idea de trabajo. Quizá contemos con unos pocos ahorros, algún préstamo familiar o de amigos, y con ello podremos reunir el capital suficiente para iniciar nuestro emprendimiento. Y mejor aún, también podremos comenzar sin ningún capital y con el apoyo de algún inversor.
Una vez que hemos definido este tema, será muy importante recurrir a amigos, colegas o especialistas en negocios, emprendimientos o microfinanzas. Siempre será favorable contar con consejos y recomendaciones para cumplir paso a paso nuestro trabajo. Un dato muy importante será consultar a otros emprendedores, pues las experiencias de los colegas será vital para vuestras propias decisiones.
Los emprendedores que han obtenido resultados exitosos en sus negocios han investigado los excelentes recursos que reúne la web, los contactos propios y de terceros, los subsidios proveídos por el Estado, los financistas que buscan buenas ideas o proyectos para financiarlos, los concursos organizados para emprendedores, entre otras alternativas.
Estas recomendaciones, entre tantas otras, podrían ser las claves para dar un primer paso, correcto, pensado, organizado y que posibilite un proyecto de negocio rentable y duradero. Luego aparecerán otras etapas, nuevos caminos y más decisiones por tomar pero ya con un proyecto en marcha. Por eso recuerda que son varios y muchos los casos de negocios que han fracasado rotundamente pese a contar con un gran capital previo. Sólo hace falta decisión, pasión por lo haces y voluntad para sortear los momentos complicados.
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